martes, 8 de octubre de 2013

Caminos que no dejar de recorrer






"Para educar
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino,
un poco de pirata
y un poco de poeta".

Gabriel Ceyala - 

"Educar 
es atreverse a hacer equilibrio
sobre la línea del horizonte.

Es lo que nadie ve
pero todos necesitamos".

Diego Ojeda - 

Educar es un proceso de vida a muerte.
De caminos que nacen
se juntan
se enredan y entrelazan,
se separan
pero rara vez desaparecen
si no se abandonan; como los sueños.

Educar es convertir un camino de piedras
y tierra sin labrar
en un laberinto de flores
donde siempre buscas la salida junto a alguien
y esperas ser un buen compañero de viaje.

Flores que te miran al pasar,
viven de tu risa y crecen con tus llantos.
Caminos que son casa y hogar por las personas que pasan,
por las que se quedan
a enseñarte tantas cosas de la vida...
incluso cuando ya no están más que en tus recuerdos.

Educar es invertir siempre en un futuro 
y a veces pasar frío.
Decidir,
construir
y modelar.

Es estar actuando en la misma obra de teatro una y otra vez
pero con distintos protagonistas.
Es el tren que espera en la estación de la ignorancia
jugando al escondite con la incertidumbre
a que te subas
y utilices sólo tu billete de ida.

Educar es enseñar
a con-vivir,
a darle miedo al miedo
jugando a coger aviones por encima de éste.
Educar es luchar por lo que quieres.
Enseñar nuevos idiomas
para que un día,
los que, sin hablar, no supieron cómo hacerlo,
nos entiendan.

Es mirar una obra arte
con los ojos de adulto
y el corazón de un niño
en mitad de un museo.
Y sonreír.

Educar es como un poema sin acabar,
no salvarse de algo sin haberlo intentado,
borrar los verbos grises del diccionario.

Educar es coger todas las indiferencias en una mano,
llenar de sueños la otra,
mezclarlo todo,
y soplar con vocación la felicidad hacia adelante.

Educar es un verbo que engloba
todos los motivos por los que un niño
me hace seguir aquí, 
caminando,
incluso descalza.

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